CRISTOBAL COLON

Los orígenes de Cristóbal Colón

Cristóbal Colón fue un marinero genovés cuya infancia y juventud transcurrió recorriendo las rutas comerciales marinas del Mediterránea. Las últimas décadas del siglo XV las pasará en la Península Ibérica, primero en Portugal, probablemente atraído por las empresas portuguesas (como otros muchos marinos italianos) y luego en España. Aunque se conocen pocos datos precisos, parece que Colón en Portugal se familiarizó con una nueva forma de navegación en mar abierto (frente a la navegación de cabotaje típica del Mediterráneo) y en sus viajes pudo alcanzar la isla de Madeira, el norte de Europa o las costas de África. En estos viajes debió acumular conocimientos sobre vientos, corrientes y formas de orientarse en el océano, muy útiles a la hora de llevar cabo su proyecto de alcanzar “el este viajando hacia el oeste”.

Las bases de su proyecto

Los detalles de cómo se realizó este viaje que terminará “accidentalmente” con el descubrimiento de un “Nuevo Mundo” para los europeos son bastante conocidos. Lo que resulta un poco más oscuro y complicado de explicar es de qué forma llegó a surgir el plan de este viaje en la mente de Colón.
En primer lugar cabe citar que desde la Antigüedad Clásica los europeos de cultura están convencidos de la forma esférica de la tierra, opinión que será seguida por los pensadores cristianos de la Edad Media, no siempre por consideraciones “científicas” sino por la creencia de que la esfera es la forma perfecta.
En segundo lugar, sabemos que, aunque de una forma discontinua y parcial, los europeos habían llegado al extremo oriente y obtenido información sobre aquellas tierras. No parecía entonces algo absurdo el que partiendo de la Península Ibérica (extremo oeste del mundo conocido) y viajando hacia poniente pudiese alcanzarse China.
Por tanto el plan de Colón podría tomarse en cuenta, pero presentaba ciertas dificultades al no conocerse la distancia exacta que separaría las costas ibéricas de las de China. De hecho circulaban diferentes obras teóricas que daban cifras muy dispares. Parece que Colón era seguidor de las teorías del geógrafo Claudio Ptolomeo (siglo II d. C.) cuyas descripciones habían sido transformadas en la Edad Media en planisferios que presentaban una escala menor de la real y calculaban la circunferencia de la tierra al menos una cuarta parte más pequeña de lo que era en realidad. Parece que, además, Colón procuró presentar su plan disminuyendo aún más la distancia probable del océano, pues debe recordarse que presentó su proyecto “alternativo” al rey de Portugal por entonces dedicado al mismo plan de llegar al extremo oriente, pero circunnavegando África.

Los orígenes de Cristóbal Colón

Cristóbal Colón fue un marinero genovés cuya infancia y juventud transcurrió recorriendo las rutas comerciales marinas del Mediterránea. Las últimas décadas del siglo XV las pasará en la Península Ibérica, primero en Portugal, probablemente atraído por las empresas portuguesas (como otros muchos marinos italianos) y luego en España. Aunque se conocen pocos datos precisos, parece que Colón en Portugal se familiarizó con una nueva forma de navegación en mar abierto (frente a la navegación de cabotaje típica del Mediterráneo) y en sus viajes pudo alcanzar la isla de Madeira, el norte de Europa o las costas de África. En estos viajes debió acumular conocimientos sobre vientos, corrientes y formas de orientarse en el océano, muy útiles a la hora de llevar cabo su proyecto de alcanzar “el este viajando hacia el oeste”.

Las bases de su proyecto

Los detalles de cómo se realizó este viaje que terminará “accidentalmente” con el descubrimiento de un “Nuevo Mundo” para los europeos son bastante conocidos. Lo que resulta un poco más oscuro y complicado de explicar es de qué forma llegó a surgir el plan de este viaje en la mente de Colón.
En primer lugar cabe citar que desde la Antigüedad Clásica los europeos de cultura están convencidos de la forma esférica de la tierra, opinión que será seguida por los pensadores cristianos de la Edad Media, no siempre por consideraciones “científicas” sino por la creencia de que la esfera es la forma perfecta.
En segundo lugar, sabemos que, aunque de una forma discontinua y parcial, los europeos habían llegado al extremo oriente y obtenido información sobre aquellas tierras. No parecía entonces algo absurdo el que partiendo de la Península Ibérica (extremo oeste del mundo conocido) y viajando hacia poniente pudiese alcanzarse China.
Por tanto el plan de Colón podría tomarse en cuenta, pero presentaba ciertas dificultades al no conocerse la distancia exacta que separaría las costas ibéricas de las de China. De hecho circulaban diferentes obras teóricas que daban cifras muy dispares. Parece que Colón era seguidor de las teorías del geógrafo Claudio Ptolomeo (siglo II d. C.) cuyas descripciones habían sido transformadas en la Edad Media en planisferios que presentaban una escala menor de la real y calculaban la circunferencia de la tierra al menos una cuarta parte más pequeña de lo que era en realidad. Parece que, además, Colón procuró presentar su plan disminuyendo aún más la distancia probable del océano, pues debe recordarse que presentó su proyecto “alternativo” al rey de Portugal por entonces dedicado al mismo plan de llegar al extremo oriente, pero circunnavegando África.

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